... Y que el lodo le arrastre,
hasta que desaparezca.
El camino…
- ¿Dónde me bajo? –
- No sé, eso no puedes preguntármelo –
- ¿Por qué? –
- Porque no sé a dónde quieres ir –
- Yo tampoco lo sé, por eso te lo pregunto –
- Pues eres egoísta, no debes preguntar si, ni siquiera, sabes tú cual es tu rumbo –
- Pero es que ando perdida y tú eres el único que me ve –
- Pues no dudes más y bájate dónde quieras –
- ¡Vale! me bajo aquí, en ti -
Ando preñada.
Preñada de búsqueda.
Preñada de dolor.
(esta vida duele)
Ando preñada en mis entrañas.
En los principios y en los finales,
mientras camino…
desde que nací:
preñada.
He rememorado que fuimos cohabitantes,
los tatuajes han supurado
y te he visto,
tal vez,
más pequeña…
-¡Nunca nos percatamos del techo del cielo!-
a veces, dejamos de mirar hacia arriba…
y, como la época de lactancia,
todo se olvida.
Caminando,
me has devuelto la sensación añorada,
la de aquella vida:
te has quedado la banalidad…
te lo agradezco.
No voy a malgastar más tropezones
intentando rehacer lo deshecho,
me recordaste como fui
y
regresaré…
no dudes que lo haré.
Porque lo que fuimos es lo que somos,
tan sólo que…
algunos amores más tarde.