El nacimiento ha concluido
minuciosamente,
extrañamente frío,
confinado en el cuarto oscuro y
albergado por ellas y sus víscera.
Como el coco de cuentos;
ellas han nacido
de un saco y un abandono.
Espiradas madres y
obstinados padres,
ellas han nacido
para callar,
para molestar,
para calmar las heridas
de curas sin dios y
creer desde la cuna del destierro
en sueños y secretos,
en Reyes que nunca serán Magos,
en días que serán noches sin tregua y
en bíblias que,
sin querer,
no las nombra a ellas.
2 comentarios:
Tú que vives y convives con "ellas", sabes mejor que nadie, lo que estás diciendo.
Besos muchos.
nani
A veces, casi siempre... Todos los días, nacen los invisibles.
Ellas, ellos, los alejados de las misas dominicales, los que para el Poder son sólo cifras, solo cifras; los invisibles.
A veces, casi siempre... Todos los días, los invisibles acunan en sus brazos la ira y afilan la esperanza, mientras silban...
Publicar un comentario