...Un día un amigo mío me exigió que le contara donde había estado y a dónde iba, luego lloraba mientras me decía que no estaba suficiente tiempo con él ni con su hijo, me gritaba con los ojos y me hacía prometerle que le regalaría exclusividad para el próximo cumpleaños.
Cuando llegué a casa apareció el caos y llovía, no sé si el agua caía desde el techo o desde mi propio corazón.
Me volví loca.
... Ayer me reencontré con el hijo de mi amigo y un anciano solitario a su lado, estaba medio sordo, pero gritándole le expliqué que aquel día de Julio me marché, loca, porque tenía una vida y elegí quedármela, sin pensar en nadie más que en mí y mis bolsillos cargados de esperanza...
Prefiero la soledad a los teatros, no me gusta mentir ni rezar...
1 comentario:
La persona que nos quiere no debe exigirnos nada. Si tenemos que entregar cariño, amistad, comprensión sin que sea libremente, al final nos pasará como aquello que más o menos decía Tagore: "Si derramo mi cántaro por mi camino, ¿qué me quedará para mí?"
Si entrego lo que tengo y lo que no tengo y además no cuando yo creo que debo hacerlo (y encima no relleno), me quedo vacío, la vida se me acaba, no respiro el aire que necesito para seguir adelante y por lo tanto, no podré dar lo que yo quisiera, porque mi cántaro estará agotado.
Besos.
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