¡Buen día para todos!:
Ya veis, hoy sigo con mi noche de locos con la segunda entrega (¡cómo suena a coleccionable! ¿eh?...), pero antes de compartir con vosotros el siguiente poema de la saga, me gustaría hacer mención especial (y con r
etraso) a Ángel González, que ya no está con nosotros. Sintiendo dentro todo lo que él era y guardando esto mismo en lo que tenemos escrito, un pequeño homenaje desde este mini-mundo que es mi vida; y en segundo lugar, hacer mención a un concierto que ayer me dejó eclipsada y hasta con espasmos en el "cuore"... si no habéis visto a LUZ en concierto no os perdáis la ocasión de hacerlo con su gira "VIDA TÓXICA"; ¡merece la pena! compaginar la maestría con una voz privilegiada, "las tablas" y la fuerza colosal nacida de retos tan enormes como superar un cáncer; hacen de esta mujer que ya se crecía por lo grande, ser alguien mucho más enorme de lo que era o yo creí que era. ¡Nada más! Vedla si podeis y si no, escuchad su último disco porque creo...no os arrepentireis.
"...y las torres son tan altas,
y tan grandes los gigantes
que me asusto y me estremezco,
al ser yo tan pequeña y tan fácil de pisar..."
(LUZ)
"Tan lejos, hoy, de aquello,
pervive sin embargo tanto entonces aquí,
que ahora me parece que no fue ayer
un sueño"
(ÁNGEL GONZÁLEZ)
Después de este inciso y bajo la sombra de estos maestros, prosigue esta noche de locos...
"Prefiero que me quieras cuando el sol se apaga
y las lámparas se encienden,
cuando las puertas se entornan
y las almas se abren,
cuando los niños callan
y los padres se aman.
Me gusta decir que te quiero
cuando enmudeces en la noche,
porque los labios no se queman
y son más sinceros en blanco y negro;
entre contraste de farolas y
ausencia de luz.
Porque cuando duermes
no hay mentiras:
Tus sábanas me abrigan
y mis manos te calientan.
Porque de noche los ojos se cierran,
el sol se apaga,
la luna se enciende,
las estrellas aparecen
y las almas se desnudan,
sin pudor,
para escucharme decir TE QUIERO"