Siento el MOVIMIENTO…
Lo siento dentro de mí y lo veo fuera de mí también.
Espontáneamente tendí a buscarle los pies y las manos…
llevaba treinta y cuatro años BUSCANDO: pies, manos, ojos, pelo y troncos perdidos.
BUSCANDO FUERA.
HOY siento el movimiento dentro de mi
y lo veo fuera: en MI y en TI, sin forma
¡y lo veo!
- ¿no notas cómo se mueve? –
El ego físico se me apoderó y elegí dejarlo,
vivirme desde él.
Me llamé NOMBRES que no eran míos,
me traté MAL y apaleé a la NIÑA y a la MUJER;
porque sí.
Esta mañana descubrí en la consulta de un médico de urgencias
(un hombre de ojos preciosos)
que tenía contractura del TRAPECIO.
El trapecio está rígido,
como la MUJER…
mi cuerpo ha decidido demostrarme que el tambaleo,
el del ACRÓBATA en su TRAPECIO,
cesa.
Cesa si yo,
la acróbata,
dejo de contonear el columpio.
Cesa si dejo los movimientos abruptos
por balanceos acompasados.
Cesa si escucho y veo
y cesa si dejo de llamar-Me-NOS…
cosas que no soy, que no somos…
Hoy agradezco a mi cuerpo toda la ayuda,
la que me ha brindado;
estoy calmada y en paz y,
por supuesto,
con el dolor... CESADO.
DEDICADO A MI CUERPO, POR GRITARME CUANDO NO LO ESCUCHO
¡GRACIAS, TE AMO!