NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL

NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL
BLOG DE MARIA

OTRO MUNDO ES POSIBLE

OTRO MUNDO ES POSIBLE
CUANDO LO SOÑAMOS JUNTOS...

domingo, 26 de septiembre de 2010

ME ABURRES, NIÑA DE LA CABEZA GRANDE...


(Imagen: Juan José Pino)




Sabes… estoy muy cansada. Te diría que estoy harta, harta ¡hartísima!. Hasta el moño o hasta el coño (que suena más y espanta a más gente). Me resulta soporífera esta situación, estos huecos, estas ganas de reformas y esta energía que se me va por cada mueca inexpresiva que me compro en rebajas.

Sabes… te diría que me aburro, te lo repetiría al oído hasta la saciedad; tal vez millones de veces, al mismo compás y con distintas entonaciones:

- Me aburro –

- Me aburro –

- Me aburro –

Nunca cesaría, haría de ello una rutina diaria, un trabajo, una meta o una apuesta (doble o nada). Me sentaría a tu lado en el borde de la cama, me giraría y con las dos manos agarraría tu enorme cabeza. Tú notarías mis palmas heladas y ni te inmutarías, están tan frías como tú. Acercaría mi boca a tu lóbulo y, mientras lo rozan mis labios partidos, escucharías sin más remedio: Me aburro, me aburro, me aburro.

Pero… no voy a hacerlo. He decidido vender la casa, la casa y todo lo que quede dentro; en realidad, lo decidí hace tiempo pero no fui capaz de decírtelo, seguías dándome pena. Hoy ya no siento casi nada de todo eso porque estoy tan hasta el coño de esta ruina de hogar; que hasta perdí la noción del tiempo, de la objetividad y estuve a punto, de creer que era el mío. ¡A veces soy tan imbécil! pero otras, las más, no.

Por eso no voy a decirte más veces nada. Sólo notaremos el olor a polvo que mantienen las casas abandonadas y, aunque ya no vivamos ninguna de las dos en ella, ese…y sólo ese , será el recuerdo.




domingo, 19 de septiembre de 2010

AMEBAS




- ¡Voy a seguir copiando lo que me de la gana! –

- ¿por qué? si lo único que haces así es redimirme…-

No conseguimos casi nada de lo planeado, no me cansé jamás de repetirlo. Las amebas como yo no tenemos perspectivas, no tenemos ni perspectivas ni esquemas y lo único que hacemos es copiar, clonar y clonar-nos.

Si quería escuchar al mar, me zambullía en él. Si, por el contrario, mi reto era hablar con la tierra; excavaba y excavaba hasta que lograba fabricar el agujero más profundo que una ameba hembra hubiese excavado nunca. Pero ¡eso si! siempre con el referente de otras amebas, que creía como yo.

Un día, tú, me contaste que yo sólo era una buscadora más; que el fin último de mi existencia era la anastomosis y la supervivencia parasitaria, la vida dependiente de los demás… y, yo, no tenía ni la más remota idea de lo que hablabas, casi siempre me pasa con amebas como tú.

Me fui corriendo al tomo dos de la enciclopedia de amebas (la curiosidad no era una de mis características más relevantes, pero ese día, sucumbí…) y pasando páginas sin control, encontré el significado, lo que tal vez, me querías decir…

- La anastomosis puede que sea mi búsqueda, pero tampoco me interesa saberlo demasiado; prefiero que te quedes conmigo y que lo que tenga que ser: sea-

Eso te dejé escrito, encima de la carcasa del cd que me prestaste…



domingo, 12 de septiembre de 2010

LA SUPERVIVIENTE


Solía andar con el paso cambiado, con la sonrisa amilanada y las ideas amedrentándose, a punto de estallar.

Cuando cantaba, desafinaba profundamente, pero era tan capaz de creer que entonaba que daría igual que "la Caballe" hubiese escuchado sus pentagramas torcidos… habría valido.

Mirar cómo se esforzaba en ornamentar su discurso me hacía reir. Cuidaba la entonación, la hacía profunda cuando quería llamar la atención o diáfana, cuando quería desviarla; a veces, pensé que era un virtuoso de la verborrea, pero… no, era una manera más de sobrevivir. Un superviviente que comía de sus monólogos… era tan particular escucharlo…

Las manos las usaba para sostener el sueño, el vahído ancestral que le proporcionaban las caricias y la incapacidad de considerarse humano… (Andrómeda le chistaba antes de dormir).

Su verdad era andrómina y supo que lo hallé, entonces, la magia dejó de hacer efecto.

Y, ahora, cuando intentamos desandar descubrimos que nos queremos, tanto como para no olvidarnos.

No me destierra de sus sufrimientos y yo le regalo los míos, son nuestros; pero el tesoro común son las ganas de vivir ¡esto si es el recuerdo!.

Si camina al revés; yo, probablemente, le daré la vuelta sin que lo note; así sucede aquí. Más tarde, cuando me revuelva yo, entre lo lustroso de mi cabeza; él, que anda de puntillas, me recogerá el pelo y sonreirá. Lo sé porque, a veces, quiero no verlo... y se conforma en la espera, esperándome en cunclillas.

Agradezco encontrármelo en la calle, con las bolsas de Mercadona en la mano y la línea (la vital) en el bolsillo de atrás de sus pantalones blancos. Casi nunca cruzamos más que la mirada, las palabras para dos sobran en esto que nos hemos inventado; pero, de todos modos, me sigue gustando acariciarlo cuando puedo (en el desvarío), entre las buganvillas y el jazmín, acabar mi boca en dos puntas y sonreírle, es mi regalo. Sé que se lo bebe y, eso, en estos tiempos que corren… es argucia de caballeros, cruzada vencida, la manera más fácil de aproximarse a lo que algunos llaman… ser feliz.

(¡pa tí! si, pa tí... ¡ea!)


martes, 7 de septiembre de 2010

LA MANO LLENA DE AZÚCAR






Tengo un pedazo de mi
colocado en la parte cóncava de la mano.

Es como un puñado de azúcar que,
con el sudor,
se vuelve semisólido,
pegajoso
y
granulado...

Cuando intento tirarlo
a la papelera más cercana,
no puedo.
Me lo tengo que quedar
y
suelo hacer un poema.

Así pasa,
casi siempre.