NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL

NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL
BLOG DE MARIA

OTRO MUNDO ES POSIBLE

OTRO MUNDO ES POSIBLE
CUANDO LO SOÑAMOS JUNTOS...

domingo, 28 de diciembre de 2008

GRACIAS

Gracias a www.laradiodelosblogueros.blogspot.com
por concederme el premio a la mejor entrada de la semana (ESPEJOS), sólo puedo decir lo que ya he dicho ¡GRACIAS!
...y no os felicito la Navidad porque no creo en ella, pero si creyese... os desearía lo mejor...eso tenedlo por seguro; así que os deseo cosas bonitas pero para todo el año ¿ok? Estoy en plena enfermedad post-fiestones, así que... cuando reviva me manifestaré... besos

miércoles, 17 de diciembre de 2008

SIN ROPA, MEJOR


Anoche,

desvistiéndome para verte mejor,

fui dejándome tiradas por el suelo

las inseguridades y las rutinas:

unas quedaron debajo de la cama

y las otras ni las he buscado aún.


Despojarme de la capa de polución nociva,

que se acumula sin ton ni son,

cada vez que me levanto por las mañanas

me hace responder inmediatamente:

- ¡esto es lo que no quiero! -


Es que si hay sol en el cielo soy yo o me veo mejor,

si cae “chiri biri” tengo que protegerme y

si hay tormenta sólo me queda refugiarme donde sea,

aunque no seamos ni tú ni yo el bunker del cobijo.


Por eso me quito la ropa cuando me acuesto y la tiro,

no es sana esta dependencia de los astros nocturnos,

ni de los vampiros;

la sangre es una mancha difícil de sacar.


Por eso me desnudo por las noches.


Tal vez así,

y sólo así,

consiga poseer la certeza irrefutable

de que desnudos nos gustamos más;

al fin y al cabo,

es lo que hay detrás de las máscaras,

de la polución emocional;

detrás de cada mancha de sangre que no sabemos

de dónde ha salido ni cómo borrarla.



lunes, 8 de diciembre de 2008

ESPEJOS


Porque para llegar a estos crepúsculos,
los que adolecen en este mismo instante,
tuve que donar órganos y sangre,
sudar por todos los que llevé a cuestas
sin poder evitarlo y
ofrecer a los dioses llanto.

Estos amaneceres llegaron sin más y
se están yendo para siempre,
me sorprende esta capacidad mía de olvidar
lo feo:
adiós.

Ahora,
aquí sentada sobre el asfalto,
pienso en todos los días que fueron “ayer”
y carecen de momentos repugnantes u olvidables.
Todos tienen cimientos perpetuos
hechos de las semillas de los que quise o,
simplemente,
de noches de luna llena:
inmensa.

Si me miro en un espejo es cuándo recuerdo
que me falta el riñón derecho o
tengo menos dos latidos… ;
si no,
no soy consciente de todo lo que me arranqué por el camino.
Por eso no lo hago con frecuencia y
me miro poco en lugares que me devuelvan el reflejo.

Es certera mi predicción de que antaño estará hecho siempre
de lo bueno lo mejor y de lo malo…
lo que el espejo devuelva.

Porque aquí,
frente a frente;
cuando hablo conmigo y abandono los crepúsculos magenta;
apareces tú,
que eres al que quiero,
y … ¿por qué no?
de lo bueno lo mejor y de lo malo,
a veces,
lo menos malo…
otros días,
cuando llueve también estás y,
aunque me quieres igual,
me devuelves mi imagen en ti mismo y
empiezo a echar de menos a mis riñones,
a mis latidos,
la mano que me falta porque la tengo sujetándome las intenciones,
el olor que se ha esfumado o,
simplemente,
el alma…
es entonces cuando te quiero menos (injustamente)
y me enojo contigo.

Desde que me besaste te advertí
que los vampiros odiamos los espejos.


jueves, 27 de noviembre de 2008

ORDEN




Pones orden,

cuando te sitúas de espaldas a mi horizonte

comienzan a ubicarse los entornos que son colindantes a mis azules:


la luz aparece de color naranja y

las ventanas se recolocan para parecer más bellas,

la armonía forma parte de ti y de tus bellas manos y

el tiempo no trascurre rápido,

a veces, la cuarta dimensión toma forma si tú quieres.


Yo prefiero esta distancia que hace que te reconozca de colores,

porque ambos estamos hechos de ellos y tú,

tú los amas más que yo tal vez;

y si me dejas tu espalda,

puede que aprenda yo también a loarlos así

y encuentre el atisbo de arte que quiere salir de mis vísceras:

intentarlo es mi próximo reto para poder respirar y

necesito un maestro.


No quiero que me regales nada de lo que sabes,

sé que me gustaría tanto que me engancharía de lo que haces

e intuyo,

que ya no puedo dar más energía:

me estoy desvaneciendo…

hay momentos en los que no sé dónde mirar

ni si pertenezco a algún lugar concreto,

hay días que amo tanto al sol que me quemo y,

otros,

que la luna me congela los labios cuando la beso.


Y no te conozco,

te he visto caminar por el parque

como cualquier cuarentón que deambula sólo y casi inerte;

y ni me fijé en quién podrías ser;

pero cuando entras en el palacete y te sitúas de espaldas a mi horizonte,

todo empieza a mutar:

de blanco y negro a colores,

de caos a armonía,

de lo general a lo particular,

paralelo a mi …

y aparecéis tú y mi orden interior,

y siento lo que es la paz

y veo imágenes que no sabía que se pueden ver,

porque haces que lo efímero exista más de siete segundos

y me dan ganas de abrazarte y de decirte que te entiendo.

Entonces, el reloj marca las doce de las cenicientas,

te quitas la bata y todo se desmorona:

tú vuelves a ser un cuarentón sólo que divaga,

ya lejos de mi

y yo,

una más de este mundo de iguales.


Dedicado a los profesores que al serlo saben compartir su arte, aunque lo nieguen...¡qué viva la gente que enseña a amar los colores!




sábado, 22 de noviembre de 2008

PACIENCIA

¡¡Hola hola!!
Sí, ya sé que tengo el rinconcito abandonado, pero... no siempre se está bien para expresar y en estos momentos de repentina pérdida personal, pues eso... que ando despistándome de vez en cuando del mundo ( me interesa par
a no acabar desquiciada...si, más...).
Así que hoy no uso palabras y os dejo esto que hago últimamente, con el permiso de los que realmente usan bien este camino expresivo y dejándome caer como neófita y espectadora latente que a medida que vea, escuche, saboree, toque y todo lo que le dejen hacer... intentará usar esta vía de un modo más apropiado...
Un besito a todos y ahí va:






lunes, 10 de noviembre de 2008


Si,

sigo en la brecha,

la de apaciguar letanías y oraciones para

no volver a ser religiosa…;

a veces la desesperación es intensa y

acabo creyendo,

de nuevo,

en la fe.


Voy barriendo las calles con los currículos,

recogiendo las migajas de esta crisis para los mismos,

mientras miro a “los otros”:

los que sufren más…y los que sufren menos;

y…como castañas asadas.


No tengo más menciones que hacer,

tampoco necesito contar todo lo que quiero pintar,

prefiero que sea sorprendente el producto y que,

incluso provoque una media sonrisa o

una lágrima…;

realmente me es indiferente…

me son indiferentes...

mi profesor dice: "que sólo los pintores, al fin y al cabo,

son los que entienden de pintura"

no me importa lo que opinéis de mis méritos,

yo los gané y lo valgo.


Y, aunque pronto haya luna llena,

mis paso están cargados de magia

¡eso siempre es bueno!.

Hay lejanía entre él y yo…,

y no dejo de sonreír

¡me lo merezco!

y lo que es mío casi siempre lo comparto…

- ¿quieres un poquito de esto? -


Porque no necesito pensar en dios para caminar,

lo hago sin implorar y orar;

mi sonrisa, de luna y magia,

y yo…

sabemos lo que hay que hacer,

tal vez dure más de dos minutos y

habrá merecido la pena…


dedicado a todas las empresas que me han hecho una entrevista estos días...


jueves, 6 de noviembre de 2008

CARAMBOLA


…Sólo buscaba dos palabras, aunque fuesen sólo dos, para decir algo y no quedar con esta cara de tonta que se me queda a veces

(esta era una de ellas)

- ¿ya está? –


Casi ni me había dado cuenta y todo había sucedido sin palabras. Deprisa, con carambola y sin, ni siquiera, articular un miserable vocablo.


Seguí recogiendo los pinceles, mientras intentaba dejar de sonreír y encontrar, las “putas” palabras; que no hiciesen recordarme, con esta cara de imbécil.


viernes, 31 de octubre de 2008

EL PAÍS DONDE QUEDABAN NIÑOS


Érase que se era, un país como este o como en el que tú vives; un país azul a veces y negro otras, de colores más cálidos o más fríos según tuviésemos el corazón y, lo más importante, un país en el que aún, quedaban niños.
Si, hacía años que los niños empezaban a extinguirse; como el lince o los dinosaurios; los niños dejaban de existir porque no había tiempo para ellos y, por tanto, la gente cada vez más, se poseía por el virus del egoísmo y se contagiaban unos a otros. No querían responsabilidades y sólo se ocupaban de ellos mismos como seres individuales. La raza humana se extinguía y a nadie parecía importarle; de hecho, había miles y millones de embriones congelados para, cuando llegase el momento, fecundarlos en placentas artificiales y crear seres humanos que ayudaran a la procreación y a la no extinción de la raza. Sólo había una condición que, tampoco, parecía importar a nadie: una vez fecundados los embriones habrían de permanecer en la placenta hasta los veinte años de edad, el feto sería feto hasta los veinte años y, por consiguiente, no volverían a existir jamás… los niños. Un proceso informático se ocuparía de introducir el conocimiento necesario a cada ocupante de la placenta artificial y al abandonar su lugar de crecimiento; el ser humano como producto, tendría cultura, sabría responder a estímulos externos, sabría discernir asuntos específicos y, así, un sin fin de conocimientos que antes, sólo se adquirían gracias a la experiencia. En resumen, se perdería la sorpresa de los neófitos, no existiría la inocencia infantil y se perderían las miradas de los niños… pero eso, no importaba en el mundo entero; a excepción de este país del que te he escrito al principio. En este país si conocían bien a los niños y la importancia de éstos para sobrevivir.

Aquí, tal vez, se aprendió a valorarlos a base de momentos extraños. Se hacinaban de manera compulsiva por épocas, pedían vivir allí y necesitaban de otros humanos para extraer alientos perdidos dentro de ellos mismos. Eran etapas duras porque había que convencer al cuerpo de todos y cada uno de ellos, para que les permitiese extraer el tan preciado atisbo de aire, obligatorio para ir sumando días a sus vidas. Esta tarea no era sencilla y la acompañaban una serie de condiciones:
1. Deberían raparse la cabeza y todo el pelo del cuerpo (aunque fuese pelusilla).
2. Tendrían que sufrir pesadillas nocturnas y diurnas, era indiferente si dormían o estaban en vigilia; los malos sueños y los malos presentimientos los invadirían.
3. Habrían de llevar en la mano una flor que les marcaría, en forma de pétalos, los alientos que les quedaban. Más pétalos, más alientos que sustraer…
4. Habrían de convivir con dolores, espasmos, y toda clase de respuesta que su cuerpo decidiera dar a cada intento de succión de lo que era suyo.
5. No podrían salir de ese país de niños como ellos, en un tiempo prescrito, tal vez muy corto o tal vez no.

Pero, pese a todo lo que acompañaba a este proceso, este país se llenaba de niños con ganas de extraer alientos y vivir para poder ser adultos y cambiar el método que hasta ahora habían seguido sus antecesores.

Un día uno de los niños lloraba, sólo le quedaban dos pétalos: uno pequeño y otro algo más grande. Había seguido todos y cada uno de los pasos, había respetado las normas casi sin llorar y, lo más importante, tenía unas ganas irrevocables de vivir con todo el aliento posible. Y, sin embargo, su flor parecía morir cada día un poquito más.
Paseaba por ese país de pasillos que se le hacía, a cada minuto que pasaba, más de un color opaco y oscuro; cuando se paró y decidió dejar de sonreír. No pasaron ni dos segundos cuando otro chico como él, pero con una flor más tupida, le dijo: - hace dos semanas la mía era como la tuya y hoy ¡ya ves como es! ¿Quieres que te cuente cómo lo he hecho?...- Fid, que así se llamaba el niño, hizo un gesto con la cabeza asintiendo y caminó con el niño de la flor tupida durante un rato. Poco a poco y sin que ninguno de los dos se diese cuenta, la flor de Fid iba haciéndose más grande y más tupida; tal vez los alientos se creaban con las sonrisas o con la amistad… eso, aún hoy no se sabe; pero cuentan… que hasta de un océano a otro se pueden sentir las sonrisas y ver las flores de otros que necesitan crecer, hacerse grandes y más tupidas.


FIN

Esta entrada es para Fidalgo por ser la inspiración y porque me apetecía hacerle un regalo ¡va por tí hombretón! ...esto era mi regalo...;)




sábado, 25 de octubre de 2008

LA PIZCA DE VIENTO

Érase una vez una pizca de viento. Esta pizca de viento removía pocas cosas, es decir, pocas cosas que tuviesen un tamaño enorme (físicamente hablando); sí, movía pocas montañas y pocos elefantes, pocos rascacielos y casi ninguna escavadora.

Esta pizca de viento lloraba a menudo porque a ella lo que realmente le gustaban era los huracanes y los tornados que, aunque a veces destruían edificios y arrasaban plantaciones, algunas otras removían las arenas del desierto, revolvían el agua de los mares y, en definitiva, creaban paisajes efímeros dignos de ser plasmados para siempre, paisajes realmente espectaculares.

Un día, mientras paseaba cabizbaja por el parque, brincando de hoja en hoja de los álamos, se dio cuenta de que alguien la seguía. Por dónde ella pasaba, una hoja se movía: hoja, salto, hoja… y los ojos de alguien abajo: por cada brinco, una mirada. Se asomó como pudo mientras no cesaba en su paseo y consiguió vislumbrar a una chica joven con un pañuelo rojo en la cabeza que no dejaba ni un instante de mirarla: saltaba hacia arriba y los ojos la seguían hacia arriba; saltaba de lado a lado, los ojos se movían de lado a lado…

Más tarde, cuando pasó un buen rato y ya se había acostumbrado a la mirada cálida de su espía, decidió que estaba cansada y se recostó en la copa del álamo más alto.

La muchacha del pañuelo rojo sonrió, se sentó en el suelo, sacó un lápiz de rayas amarillas y una libreta de un bolso inmenso y dibujó. La pizca de viento, que era muy curiosa, se incorporó e intentó saber qué era lo que dibujaba la chica tan importante como para dejar de mirarla; pero…, no conseguía ver nada, estaba demasiado lejos; así que, de un salto seco bajó hasta la última rama del álamo más cercano a ella. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, sacó sus gafas de lectura y miró. Al ver lo que allí se garabateaba, no pudo contener un quejidito que salió de su pequeña boca de pizca de viento, que hizo que su amiga de pañuelo rojo mirase hacia arriba. Tan pronto como pudo, se escondió detrás de una de las hojas, ya que cuando las pizcas de viento hablan, nadie puede verlas y si alguien las ve, han de hacerse invisibles para siempre, mudas y no pueden acariciar ninguna cosa terrestre que exista.

La chica siguió dibujando sin parar un momento y la pizca de viento, casi sin poder parpadear, recordó al huracán y al tornado. Ya no quería ser ellos ni formar parte de sus espectaculares acciones; ella, ya tenía algo mejor, ella había conseguido, dentro de su pequeñez, su primer retrato.




Para la chica del pañuelo rojo

domingo, 19 de octubre de 2008

HERIDA ABIERTA


Si, sé que tengo la blogosfera abandonada, pero... me está pasando algo. Os lo cuento como mejor me expreso ¿vale? Ahí lo dejo y perdonad si no os pongo comentarios, os visito de vez en cuando pero... no escribo...Espero que cuando leáis mi explicación la entendáis. Un beso



No puedo dejar de contemplarme,
si,
lees bien.

No puedo ni quiero dejar de ojearme
y reencontrarme.

Tengo veinticuatro horas para hacerlo
y me parecen pocas las horas del día,
casi me falta la respiración cuando me miro.

Tengo el tiempo justo para escribir estas letras
sin dejar de observarme con un espejo al lado.

Y es que desde que me abrí en canal
no hago otra cosa que tapar la herida,
que no para de sangrar y sangrar.
Por eso no puedo dejarme ni un instante,
no puedo desperdiciar ni una gota de este líquido
que emano,
he de conseguir apurar esta fuente de placer
que no sé si duele o no,
pero que si se apagara y se agotara
no sé si podría volver a ser yo.

lunes, 13 de octubre de 2008

NADIE SABE QUÉ ES ESTO...


Nadie sabe qué es esto que no sabemos,

nadie lamenta más que tú los avatares y los sin sentidos

porque nadie,

nada más que tú y yo,

podemos sentir esto que nos arrastra:

… como un vaivén de cien mecedoras a compás,

si sucediera…

harían ruido.

No te fíes de mi porque no soy sana

yo no me fío de ti porque tampoco lo eres,

estos desquicios sólo son de gente infiel y poco serena;

yo no sé qué es esto pero puede que yo sea así,

tal vez nunca lo descubras,

por eso no te creeré si me cuentas qué es esto para ti;

me da igual si es verdad o alucinación,

sinceramente,

no me importa.

¿Sabes qué estira tu piel cuando me miras?

yo no tengo ni idea de qué es lo que tensa la mía

y, me digas lo que me digas,

no creo que te crea,

es menester que te tenga frente a frente y me hables

para notar esto que nadie ve ni puede tocar,

pero pensaré que es una ensoñación más y que no existes,

por eso no te molestes y no me digas lo que sientes,

no merecerá la pena,

tal vez no estés aquí conmigo y sólo seas fruto de la nostalgia;

por eso nadie te ve,

nadie te siente y

nadie sabes qué es esto que me pasa por la sangre y me hace sonreír.





sábado, 4 de octubre de 2008

NECESIDAD


Necesito estimularme,

salir de aquí y de estas juntas que me unen a todo.


Estoy pegada a mi misma y a ti,

mientras navego por ríos de escombro insalubre y

me acabo de desencontrar con el arte.



Me hacen falta unas alas o una mariposa:

algo o alguien,

que me facilite la necesidad...

imperiosa,

de volar.


LO SIENTO


Este post es solamente para pedir perdón... ¡mamá lo siento! a veces se me olvida que soy mala persona, pero de pronto hago cosas como la de hoy y vuelvo a recordarlo...
¿me perdonas?

lunes, 29 de septiembre de 2008

OASIS


Hoy hablaba con unos amigos en el almuerzo, mientras nos acabábamos el vino, de los sueños. Los sueños no como conceptos inalcanzables o inamovibles que están, pero que casi siempre, somos conscientes de las remotas posibilidades que hay de alcanzarlos integramente; ¡no! de esos sueños no. Hablábamos de desempeñar o desarrollar cosas, sensaciones, sentimientos, maneras de actúar, de pensar, de conseguir; en definitiva, maneras de vivir..., y usando como medio el arte. Entonces, ha surgido el debate y la frase: "pero es que del arte no se puede vivir"... No sé, es tarde y el fin de semana ha sido bueno, pero no dejo de pensar en mi amigo, hablando y removiendo la copa mientras se rendía; por eso, voy a escribir... y lo que salga, prometo que lo dejo...Ahí va:

Cuando te levantes por la mañana y huelas el café

todo te parecerá despoblado;

un desierto de arena sin oasis,

porque no podrás respirar ni caminar

y los amaneceres se convertirán en tormentas desérticas

que te aniquilarán por dentro por cada mañana que

abras los ojos y te descubras más austero,

más opaco,

menos loco

y con menos versos que se te caigan de las manos.

Porque si no luchas por lo que late dentro,

se pudre,

se corrompe y,

al principio pasará desapercibido pero,

después,

acabará manchándote la piel y el olor

pasará del interior al exterior y

te acostumbrarás y

vivirás con esta especie de síndrome

que te ataca mientras duermes de día y callas por fuera…

Y, tal y como avanza el cáncer,

avanza esta enfermedad que se llama como tú quieras que se llame

(creo recordar que cobardía…)

y acabarás en metástasis,

porque tú has querido mientras esperabas sentado en el sofá,

mientras veías el don y lo escondías,

mientras no escuchabas lo que cualquier tenor te quería decir

y los otoños se perdían entre tu cabeza y la poesía.

Y yo que no sé sermonear ni ejemplificar,

yo que soy cobarde desde que me levanto y,

sobretodo,

cuando me acuesto…

supongo que no puedo resistirme y tengo que hablarte:

No quiero dejar de luchar por mi oasis,

me recuerda todos los días cuando huelo el café

que si se me deslizan los poemas cuando miro la luna es porque

pesan,

porque han de salir,

porque si soy así, al final,

casi siempre acabo queriéndome,

queriéndole,

queriéndote,

queriéndoos,

amando en general y,

en definitiva,

casi siempre acabo viviendo;

con toda la locura que ello conlleva,

con todas las almas que no contemplaré,

con casi todo lo malo que me gusta;

pero,

al fin y al cabo,

creo que vine aquí donde los locos nos encontramos,

para vivir y,

si se puede y tengo tiempo,

dejar que el alma hable y los versos se deslicen,

los musos se desvelen

y los sueños me den de beber;

al fin y al cabo,

esta es la droga de la que vivo y que,

como todas las drogas,

acabará mantándome…pero,

por lo menos…lo intenté…

¡eso… que no pese!.


(para Jotatown)