NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL

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BLOG DE MARIA

OTRO MUNDO ES POSIBLE

OTRO MUNDO ES POSIBLE
CUANDO LO SOÑAMOS JUNTOS...

martes, 3 de julio de 2007

TERCERA PARTE....

Llegó en silencio también, respetando las normas de este club selecto de extraños reunidos con el único fin de desaparecer del ruido. Silencioso como sería más adelante en todas sus acciones. Con las manos en los bolsillos y aspecto despistado, caminaba por entre el engullidor de libros y la intérprete frustrada de melodías “xilofónicas “; con unas cuantas cuartillas bajo el brazo ( en el hueco de la axila) y otro boli “Bic”, como el mío, colocado en la oreja – este es el hijo de un carpintero con su toque bohemio… ¡otro más!- me dije al levantar la vista del folio, aún en blanco…


- los “Bic” son los más baratos, pero reconocen las manos de los artistas, tú las tienes – un gesto serio se había acomodado en la cara del “hijo del carpintero” mientras esperaba la respuesta (mi respuesta) a su afirmación… a partir de aquí, sabéis como yo lo supe, que mis rutinas de “rara de facultad de letras” serían diferentes, como ÉL lo era…

Casi siempre, cuando hago un esfuerzo por recordarle detalle a detalle, le imagino con los vaqueros gastados que olían a limpio y lucían “a sucio”, la camiseta naranja y el pelo enredado recogido con una gorra. Sentado junto a mí, repetía una y otra vez, la belleza que se podía encontrar en una sola palabra dicha en el momento exacto, la magia de cualquier frase, el placer infinito de un texto bien redactado, aderezado a gusto con lirismo, buena gramática y muchos sentimientos. La noche que vuelve a mí cuando le rememoro transcurre en “El harén de Arquímedes”, como siempre que queríamos ver los ojos al sol tras acabar nuestro ejercicio semanal de introspección y análisis del espíritu individual. Lo más importante de este recuerdo que retumba, fue el rasgo poco común que me hipnotizó: todo lo que me decían sus ojos, acribillándome desde el rincón en el que estaba el piano… me miraba a los ojos, mientras enredaba entre sus dedos los mechones de pelo corto que se le escapaban tras las orejas enormes, que lo hacían más atractivo aún (me gustó todo de él…suena a canción)… Ahora que tengo su libro entre mis dedos, la yemas me sudan y las pastas se me escurren; le recuerdo vivo, en el rincón del bar, esperándome…(continuará...)

1 comentario:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Bueno, bueno....., me cachi...!!!!!